jueves, 24 de febrero de 2011

B.Y.O.S., Bring Your Own Storage (Aporte su propio almacenamiento); opiniones sobre el vino y la virtualización


Jueves, 17 de febrero de 2011
 
En un reciente viaje a París, tuve la ocasión de sentarme con un grupo de socios que hablaban sobre el vino y la virtualización (curioso emparejamiento, pensándolo bien). Me gustaría encontrar un restaurante donde pudiera llevar mi propio vino si así lo deseara, pero en la mayoría de los restaurantes no lo permiten y ciertamente no era el caso aquella noche. Estaba supeditado a la carta de vinos del local y solo pude pedir lo que me ofrecían, con un margen de beneficio enorme para el restaurante.

Así pues, ¿qué tiene esto que ver con la virtualización? Todo, cuando se trata de virtualizar el almacenamiento.

Todo el mundo quiere flexibilidad y alternativas para decidir sin sentirse atados a unos requisitos de hardware específicos. Esta opción es posible, actualmente, en cuanto a servidores y escritorios gracias a la adquisición general de software de virtualización. Pero cuando se trata del almacenamiento, los proveedores de hardware se comportan como los restaurantes: quieren limitarte a su lista de productos propios y venderte las variedades más exóticas con un margen de beneficio enorme. Creemos conveniente liberar a los clientes de esta restricción que imponen los proveedores de hardware desacoplando la infraestructura virtual de los discos subyacentes. A esta característica la he denominado B.Y.O.S. o Bring Your Own Storage (Aporte su propio almacenamiento).

En el reciente blog de George Crump,
InformationWeek, se sugería la pregunta “What If Storage Hardware Mattered?” (¿Qué pasaría si el hardware de almacenamiento importara?) y, en cierto modo, abordaba este asunto.

Debemos recordar que la virtualización ya no se limita tan solo a la consolidación. También consiste en crear infraestructuras ágiles y duraderas con soluciones de software que van evolucionando y adaptándose con el tiempo. Se trata de permitir que el cliente seleccione el hardware que desee para ampliar la vida útil de éste y para aumentar radicalmente la recuperación de la inversión de sus infraestructuras informáticas en los niveles actuales.

No hay duda de que la demanda contenida mantiene a los proveedores de hardware de almacenamiento esperanzados. Según los informes del sector, el mercado del almacenamiento de datos retrocedió en 2010. La exigencia de aquellos que postergaron las actualizaciones o impidieron los ciclos de renovación es real. No obstante, no es indicativo de que se tienda de nuevo a unas infraestructuras dominadas por el hardware. Por el contrario, sigue habiendo una clara preferencia por los sistemas en nube, los escritorios virtuales y la virtualización del almacenamiento, con lo cual destaca la creciente reticencia que muestran los compradores a la hora de confiar estrictamente en las infraestructuras físicas.

Los clientes se muestran ahora más cautelosos que antes de la recesión, y son, francamente, más sensatos frente a sus opciones. Están deseosos de contar con un cojín que les proteja frente a los dispositivos de hardware que se quedan rápidamente obsoletos. En época de crisis y presupuestos ajustados, el enfoque convencional de “atribuir el problema al hardware” con relación a la planificación de capacidades y rendimiento dejó de ser una alternativa y no existía la opción de desarrollar las infraestructuras para dar soporte a la continuidad y la agilidad del negocio. No pudieron readaptar el hardware actual, ni atraer fácilmente a otros proveedores. Así que, en realidad, no es que estuvieran ligados a los proveedores, sino que estaban ligados al fracaso.

Creo que cuando echemos la vista atrás y observemos esta época, la veremos como un punto de inflexión para el hardware de almacenamiento y el fin de la mentalidad “atribuir el problema al hardware”. Las empresas ya no quieren tener que elegir su almacenamiento de una lista de productos sobrevalorados. Quieren B.Y.O.S. Quieren poder aprovechar al máximo lo que ya tienen, y tener opciones ilimitadas a la hora de adquirir hardware nuevo. Este es el poder del software de virtualización del almacenamiento: romper las barreras que imponen los proveedores y permitir que las empresas, por fin, puedan disfrutar de los beneficios que les llevó a explorar la virtualización desde el principio.

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